Hoy en día muchas mujeres están tan ocupadas en su día a día que no se preocupan por cuidar su cuerpo. Y cuando sienten un cambio extraño en su cuerpo prefieren ignorarlo y pensar que será algo pasajero. Sin embargo, cuando se atraviesa por un desequilibrio hormonal (cambios hormonales), los síntomas son muy claros.
Este problema afecta desde el estado de ánimo hasta la fertilidad. Por ello, es necesario que conozcas las causas y síntomas de este cambio en tu cuerpo.
Las hormonas son las mensajeras entre tu cerebro y el resto de tu cuerpo. Y si hay cambios hormonales ellas te lo van a indicar por medio de síntomas. Que para eso están. Pero en realidad, las responsables de esos síntomas somos nosotras y nuestro estilo de vida.
Desequilibrios y homeostasis

Todo es cuestión de equilibrio. Nuestro cuerpo reacciona fatal a todo lo que no esté equilibrado. Para nuestro cuerpo lo mejor que se ha inventado es la homeostasis, que todo esté estable y equilibrado. Y se esfuerza muchísimo por adaptarse al medio y a las situaciones para encontrar ese amado equilibrio y combatir los cambios hormonales.
Cuando de una forma o de otra no le damos a nuestro cuerpo lo que necesita para mantener la homeostasis, empiezan los desequilibrios en cadena. Un desequilibrio produce otro. Por eso es muy común que cuando solucionas un problema de alguna parte del cuerpo, todas las demás empiezan a funcionar mejor. En nuestro cuerpo todo está conectado. Por eso verás que todos los cambios hormonales comparten síntomas.
Estrógeno
El desequilibrio más común es el estrógeno dominante. Todas las personas que menstruamos experimentamos estos cambios hormonales varias veces en nuestra vida. Unas veces es pasajero y se soluciona solo gracias a la homeostasis. Pero otras veces se convierte en un problema que no se va a solucionar sin nuestra ayuda.
Tener más estrógeno del debido y bien la progesterona o tener el estrógeno bien y poca progesterona causan lo mismo: estrógeno dominante. Tu cuerpo lo interpreta igual. Estos son los síntomas (sobretodo se dan una semana o dos antes de la regla):
- Sangrado abundante, dolor menstrual, síndrome premenstrual, dolor en los pechos y aumento de su tamaño, mamas poliquísticas, fibromas, hinchazón y retención de líquidos, exceso de grasa abdominal (el temido «flotador») y en nalgas y caderas, cambios de humor e irritabilidad, ansiedad y depresión, dolores de cabeza y migrañas, insomnio, emotiva e hipersensible, llanto fácil y espesor mental.
También existe el desequilibrio a la inversa por falta de estrógeno, no es tan común durante los años fértiles, se da sobretodo durante la perimenopausia y la menopausia. Los síntomas de la falta de estrógeno son:
- Sequedad vaginal, líbido bajo o falta de líbido, reglas esporádicas o amenorrea, sofocos y sudor nocturnos, sequedad de piel y ojos, dolor en las relaciones sexuales, infecciones de vejiga recurrentes, memoria de pez, manchas en la piel (melasma), depresión y falta de energía.

Cortisol
Es una de las hormonas principales del estrés y no es nada bueno que se descontrole. Ni mucho ni demasiado poco. El cortisol muy alto y el muy bajo son las dos caras de la misma moneda: la desregulación del eje HPA (Hipotálamo-Pituitaria-Adrenales), también llamada «fatiga adrenal».
Síntomas del cortisol alto:
Cansada pero alerta (incapaz de desconectar), acelerada (te cuesta mucho relajarte), dificultad para dormir o insomnio intermitente (te despiertas muchas veces, oligomenorrea (reglas esporádicas) o amenorrea (ausencia de regla), haces varias cosas a la vez y no te concentras en ninguna, sientes que no llegas a todo y que siempre tienes cosas pendientes, ansiedad y nerviosismo, te cuesta concentrarte, estás distraída y desconectada, presión alta e hiperglucemia (azúcar en sangre alta), problemas de fertilidad.
Síntomas del cortisol bajo:
Te cuesta un mundo levantarte por las mañanas, estás gruñona e irritable, fatiga, sensación de estar «quemada», te cuesta mantenerte dormida, todo te despierta, no te sientes descansada al despertarte, mareo leve al ponerte de pie, presión baja, manejas fatal el estrés y te bloqueas, lloras con facilidad, estás negativa y te sientes incapaz de lidiar con tu vida.
Progesterona

Es mi hormona favorita. Es muy importante para muchas cosas, en el sistema hormonal es fundamental para equilibrar y contrarrestar los efectos del estrógeno. Cuando producimos poca progesterona el cuerpo entiende que tenemos demasiado estrógeno, estrógeno dominante. Y si tenemos suficiente progesterona pero producimos demasiado estrógeno (o no lo eliminamos bien o ambas cosas), tenemos lo mismo: estrógeno dominante. Siempre lo entiende como un desequilibrio.
Por lo tanto comparten muchos síntomas, pero la falta de progesterona se diferencia en algunas cosas:
- Síndrome premenstrual, dificultad para quedarte embarazada, dificultad de mantener un embarazo, periodos cortos, manchado antes de la regla (es un sangrado oscuro, no muy abundante y con coágulos o restos de tejido), dolores de cabeza y migrañas, sangrado abundante, reglas irregulares, hinchazón y dolor en los pechos, ansiedad e insomnio.
Hipotiroidismo
Los desequilibrios de las hormonas tiroideas son más frecuentes en mujeres que en hombres y están infradiagnosticados. Sobretodo el hipotiroidismo (falta de hormonas tiroideas). Parte del problema es que los síntomas son variados y se pueden superponer con otras cosas. La otra parte es que sobretodo lo padecemos las mujeres y tardan años en tomarnos en serio.
El hipotiroidismo tiene un promedio de 5 años en ser diagnosticado. Síntomas más comunes:
- Te cuesta levantarte por las mañana, fatiga anormal, te despiertas con sensación de no haber descansado, piel seca y frágil, pelo seco y quebradizo, pérdida anormal de pelo, uñas frágiles y quebradizas, frío constante en manos y pies, sensibilidad extrema al frío, depresión y falta de interés por las cosas, subes de peso sin comer más de lo normal y no lo puedes bajar, sangrado abundante, líbido bajo, infertilidad, abortos en el primer trimestre.
Testosterona
¿Testosterona? Sí, las mujeres también la producimos y la necesitamos para que todo funcione bien. Es producida, principalmente, por nuestros ovarios y en menor cantidad por las glándulas suprarrenales (adrenales). La testosterona está muy relacionada con el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) y con problemas de insulina, ya que es muy sensible a esta última. Como casi todas las demás es igual de malo tener poca que tener demasiada.
Síntomas de exceso de testosterona:
- Acné, piel muy grasa, SOP (Síndrome de Ovario Poliquístico), hirsutismo (exceso de pelo en cara, pecho y abdomen), pelo muy ralo en la zona de calvicie masculina, problemas de azúcar en sangre (hiper o hipoglucemia), periodos más largos de lo normal, de más de 35 días, dolor en medio del ciclo e infertilidad.
Síntomas de la falta de testosterona:
- Facilidad para subir de peso, falta de líbido, falta de motivación, depresión, dolor durante las relaciones sexuales, falta de lubricación, baja autoestima y pérdida de masa muscular.
La solución oficial
La medicina convencional con el tema de las hormonas sexuales femeninas no está muy afinada. Cuando consigues convencer a tu ginecólogo de que no estás bien y de que tienes síntomas y molestias asociados a tu ciclo menstrual, te mandan un análisis. Si está todo «normal» te dirán que estás bien y que si tienes esos síntomas es porque: A) estás deprimida y/o ansiosa y puede que hasta te receten ansiolíticos y/o antidepresivos; B) es la edad y ya está; o C) estás exagerando y no es para tanto.

Si no está todo «normal» tienes una posibilidad muy alta de que te recete ‘La Píldora’ (o algún otro tratamiento de hormonas sintéticas). ¿Tienes dolor con la regla?: la píldora. ¿Te viene muy seguido o no te viene casi nunca?: la píldora. ¿Tienes un sangrado muy abundante o no te viene la regla desde hace más de tres meses?: la píldora. ¿Síndrome del Ovario Poliquístico?: la píldora. ¿Endometriosis?: la píldora.
¿Es posible que la misma pastilla mágica sirva para todas esas cosas? NO. Este tema lo explicaremos en otro post. De momento solo te digo que tus hormonas naturales no son reemplazables por las hormonas sintéticas que contienen las píldoras anticonceptivas. Las hormonas sintéticas anulan tus hormonas, te impiden ovular (por eso son anticonceptivas) y tienen muchos efectos secundarios muy graves.
La solución no oficial
No existen las pastillas ni las fórmulas mágicas. No existen los tratamientos rápidos y que te lo solucionan todo de un día para otro. Normalmente tu cuerpo tarda en torno a 3 meses en recuperar el equilibrio. En mi experiencia y por lo que sé hasta el momento, el principal problema y detonante de los cambios hormonales es nuestra forma de vida.
Lo que tienen en común todos estos cambios hormonales es la deficiencia de determinados nutrientes y unos hábitos de vida poco saludables. Desde la nutrición funcional se analiza tanto lo que comes como lo que no comes (lo que te está faltando), tus hábitos de vida y la exposición a tóxicos. Sobre esos tres ejes se trabaja hacer los cambios y ajustes necesarios para devolver el equilibrio a tu cuerpo. Te sorprenderías de lo fácil que es la mayoría de las veces.
¿Entonces? ¿Qué hacemos para compensar los cambios hormonales? Vivir de forma más simple y consciente (en la medida de tus posibilidades).
5 consejos para compensar los cambios hormonales

1. Come limpio, comida real y variada:
¿A qué me refiero con comida limpia? Limpia de químicos, ecológica. Cuanto más limpia y cuidada esté la tierra de cualquier cultivo más limpios y nutritivos serán sus frutos. ¿A qué me refiero con real? Comida que no esté procesada, que no venga del circuito industrial (agricultura y ganadería intensivas), que parezca comida antes de que tengas que cocinarla. En la variedad está el gusto y la riqueza. Una alimentación equilibrada es una variada y rica en macro y micro nutrientes.
2. Duerme:
Si tienes que darle prioridad a algo en tu vida que sea a dormir bien. Es más importante que hacer ejercicio y que comer equilibrado. Sin un sueño reparador frecuente tu cuerpo sufre muchísimo. Prácticamente todas las funciones corporales y los órganos se regeneran y reconstruyen durante el sueño. Tiene una función reguladora y reconstituyente fundamental para que tu cuerpo aguante fuerte y sano el máximo tiempo posible.
3. Elimina el azúcar, el tabaco y el alcohol:
Son tres sustancias que, entre otras muchas cosas, provocan inflamación y un gran desequilibrio hormonal. Si no los puedes/quieres eliminar del todo redúcelos al mínimo que te sea posible. Sé que tendrás excusas de todo tipo para no hacerlo. Al final son solo eso: excusas. Si quieres estar bien te tienes que hacer responsable de tu salud y son tus elecciones las que te harán mejorar o no.
4. Relájate:
El estrés malo, del que tenemos un montón en nuestro día a día es muy perjudicial para nuestro equilibrio hormonal. Es uno de los factores principales y más comunes en los problemas hormonales. Aprender a gestionarlo o convertirlo en estrés bueno es muy importante. El ejercicio frecuente (no necesariamente intenso) es una forma muy buena de soltar estrés. A mí me funciona el yoga, la escalada y la meditación.
5. Reconecta con tu cuerpo:
Recupera esa conexión, aprende a escuchar y a interpretar tus síntomas. Si no sabes interpretar lo que te pasa no será tan fácil que le pongas remedio. Vive más presente, ríete más, baila más. Préstate atención y mímate. Escúchate y date lo que necesitas. Tu cuerpo es sabio, confía.
¿Te sientes identificada con alguno o algunos de estos cambios hormonales?
¿Haces algo para recuperar el equilibrio? Si crees que esta información le puede ser útil a otras mujeres (u hombres), ¡comparte este post!
Reme Barberá
Experta en Salud Natural